miércoles, 9 de febrero de 2011

EL DON DE LA FE

Hola bendecidos en esta ocasión Nuestro Padre nos aclara que nosotros somos salvos por medio de la fe (Efesios 2:8), ya que la fe, es un don que no proviene de nosotros, pues es de Dios. Aquí no está hablando de esa fe natural que poseían los héroes de la fe (como Sansón y David), sino de la fe don, que viene después de la cruz. Que además es una ciencia que Él nos ha dado para poder cumplir con lo que Él nos demanda, ya que, fuimos creados en Él para caminar en buenas obras preparadas de antemano (Efesios 2:10). Todo lo que Dios me pueda exigir, yo lo puedo hacer, porque Él me lo ha dado todo, para poder cumplir con lo que me pide, ya que, en Él estamos completos (Colosenses 2:10); por eso, si Él me pide amar, yo puedo hacerlo porque Él derramo su amor en nosotros. Lo mismo, si nos pide sembrar, congregarnos, ordenar nuestros pensamientos, ser pacientes, lo podemos hacer, porque Él nos dio todo, el fruto del Espíritu ya está en nosotros (Gálatas 5:22-23); por eso, no hacemos como el Sistema Religioso que pide oración, para que el señor los llene de paciencia, o amor, etc. Nosotros no hacemos eso, porque eso ya lo tenemos. De ahí, que se demanda de nosotros abonar esa semillita, echarle agua, y crecer; porque si los héroes de la fe, alcanzaron buen testimonio con esa fe natural que poseían, cuanto más nosotros que poseemos el don. No hay excusas, podemos ordenarnos, podemos hacer sendas derechas. Aquellos que se fueron no tenían el don, por lo tanto, no eran de aquí. Ese don de la fe, o esa ciencia, iba a ser revelada (Gálatas 3:23), y es un don maravilloso que hace que donde no hay, halla; por eso, es importante echarle agüita, ser honesto, ordenar los pensamientos, ser responsable; si Dios me exige que camine bien, es porque yo puedo. Nuestra competencia proviene de Dios (2 Corintios 3:5) por medio del don. Estamos llamados a poner freno a nuestra boca, seguir las recomendaciones de nuestro Padre, hablar lo que es correcto, porque con nuestra confesión se activa el don, Creí por lo cual hable, pero es necesario ordenar nuestros pensamientos y poner guarda a nuestra boca. Nosotros somos una ciencia, somos un grupo científico que vive la vida del resucitado y del que volvió a vivir, Abba Padre!! 

EL TRIBUNAL DE CRISTO II

Hola bendecidos en esta ocasión Nuestro Padre a través de un dramatizado no explicará la gran verdad, acerca de la destrucción del Diablo. La obra comienza cuando el representante del Juez, después de dar la bienvenida a los asistentes, aclara que en este juicio se van a escuchar las dos partes, (la defensa – Ap. Pedro y la fiscalía – Ap. Pablo) y el Juez Justo (JH) dará su veredicto ante su tribunal y conforme a las evidencias escritas que van en línea  a la dispensación correcta. El juicio comienza, y Pedro como representante de las organizaciones que defienden y persisten en la existencia del Diablo, llama al estrado al Rev. Jimmy Avile que se presenta como un siervo del señor de los ejércitos, el cual tiene un ministerio de batalla y fuerza de choque que se caracteriza por ayunar y echar fuera demonios del norte, sur, este, etc. Porque según él Jesús dijo que por un demonio que saliera de una vida se le metían siete; además, cree en la existencia del diablo, porque JN sacó demonios. También Pedro llama al estrado a otro de los acusados, al Rev. Alex Dimitre que representa a la Gran Organización Católica de exorcismo, que se especializa en la batalla demoniaca avanzada, ya que para él Satanás es el gran enemigo de Dios, causante de toda la maldad y desenfreno que hay en el mundo, por eso, mantienen la oración que Jesús les enseño “Padre Nuestro … Líbranos del mal”. A lo que, el Apóstol  Pablo como fiscal responde: “Todas estas organizaciones están en una Gran Apostasía al evangelio de la Gracia” porque desconocen lo que los profetas dijeron, que el diablo para siempre iba a dejar de ser (Isaías 27:1 – Ezequiel 28:19) y si bien JN sacó demonios, fue antes de la cruz, porque en su muerte los destruyó (Hebreos 2:14). Por eso, hoy el Juez justo, Jesucristo Hombre, aclara conforme a las evidencias presentadas por el Apóstol Pablo, que el diablo fue destruido, y que pensar lo contrario es tener en poco el sacrificio de Cristo en la cruz, por eso Pedro, los 11 apóstoles y todas las religiones, son Hombres malos y perversos, que manifestaron la Apostasía mundial, por eso, son culpables.