sábado, 26 de febrero de 2011

EL MISTERIO DEL PADRE Y EL HIJO

Hola Bendecidos, en esta ocasión nuestro Padre nos habla de la reacción que tuvo María Magdalena, la esposa de Jesús al verlo resucitado (Juan 20:11-18).  Él le dijo: No me toques, porque al resucitar dejó de ser judío y dejó de ser su esposo, para poder ir al Padre, al Original, al Todopoderoso. Para María fue doloroso al saber que ya no podía verlo como su esposo, ya tenía que verlo como el Otro, como el que resucitó de los muertos, que era Dios sobre todas las cosas (Romanos 7:4). El sistema religioso no cree que Jesús fue casado y tuvo mujer, porque quieren mostrar una imagen equivocada de Él, cuando JH nos ha enseñado en el Evangelio que honroso es en todos el matrimonio, y que para que a Jesús lo llamaran “Raboní” (Maestro) tenía que ser casado. Además para poder que la raíz de Isaí se manifestará en este tiempo, debía dejar descendencia. Uno de los misterios que Papi nos ha aclarado es que Dios no son tres personas como la religión ha dicho, sino que Dios es UNO (Colosenses 2:2). Dios usó a su Hijo (velo) para ir a la cruz y destruir al Diablo, quitar el pecado y reconciliar el cielo y la tierra. JH nos enseña que en la transformación nuestros años no acabarán (Hebreos 1:11-13). Nuestras esposas seguirán siendo nuestras esposas y nuestros esposos igual, y todos aquellos que van a ser transformados con nosotros vamos a poderlos ver. Pero hay un detalle especial, cuando Jesús resucitó María no pudo reconocerlo y eso fue una gloria linda, pero en la transformación va a ser una gloria mayor, nuestros rostros serán gloriosos, como llamas ardientes.  Va a ser algo glorioso, por eso, es necesario despojarnos de toda contaminación de carne y de espíritu, llevando cautivo todo pensamiento a la Obediencia a Cristo para que no nos huelan ni las azucenas como a Papi. Teniendo siempre la seguridad, de que esta Palabra es Poder y siempre funciona, Abba Padre!! 

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